Cuando vi a Laura por primera vez me pareció la chica más hermosa que había visto y sus ojos me cautivaron (son tan bellos y gentiles), no pude evitar sentirme nervioso estaba sentada a un lado de mí, PERO lo que de verdad me enamoró inmediatamente y me enamora cada día fué ella misma, su humor, su alegría, lo risueña e inteligente que es, trabajadora y espiritual. La amo y me enamoré cuando comencé a hablar con ella, ella refleja ternura, amor y supe que con ella quería estar para siempre.

Algo que me prometí fué "Laura merece lo mejor y nada menos que eso" la propuesta no debía ser una propuesta cualquiera no no no no NO, está iba a ser LA PROPUESTA de matrimonio. La planee por meses evalué cada aspecto: lugares, permisos, anillos, diferentes escenarios y preparaciones, evalué la gente que estaría, el clima y cada detalle por mucho tiempo, hice un plan y lo seguí para estar completamente preparado, aclaro que no suelo manifestar mis nervios y mi preparación era tan sólida que me sentía sobre una roca pero cuando estuve delante de Laura y la ví llegar (ella no sabía que yo estaba ahí por qué era una sorpresa) toda mi sólida preparación se volvió una gelatina de emociones y sentimientos; temble, se me quebró la voz, casi se me cae el anillo, lloré de emoción y felicidad, pero lo más hermoso es que ella también lloró, lloró y tembló conmigo de la emoción, el paso que tanto esperábamos, al fin después de tanto tiempo se convirtió en un SI que nos abría las puertas a nuestro nuevo futuro juntos.